Decisiones, decisiones {Aidan & Helena}

Normalmente, la única razón por la que yo correría a esa hora del día sería si iba tarde a una clase. Pero en ese momento, recorría deprisa los pasillos del castillo con rumbo a la Enfermería del colegio.
Había faltado los primeros días y, por suerte, no pude ir al baile de bienvenida. Desgraciadamente, mi amiga Helena sí.
Cuando vi lo que quedaba del Gran Comedor y me enteré de todo lo sucedido, dejé todo mi equipaje en mi alcohoba y corrí a ver cómo estaba. No podía creer nada de lo poco que me habían dicho. ¿Un ataque en Hogwarts? ¿Por parte de los muggles? Inverosímil.
¿No podría tratarse de alguna treta por parte de los magos para que el odio hacia los hijos nacidos de muggles se expandiera por el castillo?
No podía... no debía hacer conjeturas sobre lo ocurrido esa noche, pero mi cabeza daba muchas vueltas al asunto mientras esquivaba a todo obstáculo que me impidiera el paso.
Una vez que llegué a mi destino, miré por todas las camas del recinto hasta que encontré a Helena, acostada en la cama, durmiendo.
Tomé una silla cercana y la coloqué a lado de su cama para sentarme y esperarle hasta que se despertara.
¿De verdad había sido herida por la mano de un muggle? ¿Cómo alguien sin magia podía atacar a un mago bien preparado?

Tras un rato de espera, Helena por fin despertó.
-No me sorprende, te ves más horrenda que cuando estás despierta- le dije sonriendo mientras acercaba un poco más la silla hacia la cama.
-¿Cómo estás?- pregunté mientras tomaba su cabeza con mi mano y sutilmente, la sacudía- ¿Nada se ha salido de su lugar?
Reí un poco y contemplé por un momento a Helena. No sabía si empezar con el interrogatorio ahora o esperar unos minutos más. ¿En qué pensaba? Ella y yo sabíamos que a eso iba a desembocar mi visita, a un interrogatorio de lo sucedido esa noche del baile de bienvenida. Así que decidí empezar yo con las preguntas.
-¿Quieres contarme qué es lo que sucedió exactamente?- le pregunté mientras me erguía en la silla-. No tuve mucho tiempo para oír a los demás. Vine corriendo apenas supe que sin un día conmigo a tu lado, casi mueres. Creo que no te puedo dejar ni un momento a solas.

Reí un poco ante las respuestas de Helena. Era extraño hablar con ella de esta manera, pero supongo que un atentado puede cambiar el humor de cualquiera. Incluso si esa persona es Helena Ravenclaw.
Después de que me explicó brevemente sus últimos recuerdos, le miré por un momento antes de responder.
-¿Sabes...?- paré abruptamente mi pregunta para pensar bien en las palabras que debía de decir. Tenía que evitar que nuestra charla se desviara de contexto pero, ¿cómo preguntarle a una de las hijas de los cuatro fundadores si fueron muggles (los de la misma "clase de sangre" que me criaron toda la vida) quienes atacaron mi segundo hogar sin dejar de ser imparcial? No lo sabía.
-¿Lograste ver algo importante durante el ataque Helena?- pregunté casi susurrando. No quería que los demás heridos en la enfermería se entrometieran en nuestra conversación-. No quiero poner a trabajar esa mente tuya ahora, pero me intriga saber cómo unos cuantos muggles pudieron llegar a los terrenos de Hogwarts y más aún, que pudieran causar tantos estragos. Es algo... ilógico.
No quería llegar a ese punto, pero el estrés y la curiosidad hicieron que la pregunta se me saliera en un hilo de voz: -¿De verdad fueron muggles?